Se trata de la primera casucha, viniendo desde el lado chileno hacia el argentino o, la última en sentido inverso. Actualmente se encuentra en las inmediaciones del parador Difunta Correa y es la única de las 4 que no fue fotografiada durante el siglo XIX y XX. Existe una litografía que realizó Rugendas durante su cruce por la cordillera en 1820, si bien se trata de un dibujo simple, se alcanza a diferenciar dos estructuras. Esto se refuerza con la documentación histórica que confirma la presencia de dos recintos , uno servía para el descanso y, el segundo, para el resguardo de los animales. La evidencia material observada en superficie, dan cuenta de elementos constructivos típico de la colonia y elementos congruentes con el siglo XVIII, lo que hace suponer que esta casucha nunca fue reconstruida.
En porciones de la pared de la casucha semi enterrados, se logra ver el módulo de los ladrillos coloniales unidos por calicanto o argamasa.
